sombras que sólo él podría adivinar,
todas adheridas al pie de algún ser
incansables seguidoras ¿de quién?
No lo sabré.
Vas detrás de mi otra vez
dejándome en la oscuridad,
entonces abrazarte no podría,
pero qué importa, sólo hazme compañía
en esta larga vida...
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Déjame palabras que sea la sonrisa de cada día.