04 julio, 2012

La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda


  • Cuando me refiero a encontrar a la persona indicada no me refiero a encontrar a alguien que resuelva mis problemas, ni que me sirva de muleta para cuando me sienta decaído. Tampoco me refiero a alguien que esté siempre pensando en mí, que me extrañe o que sienta que me necesita. Sino a encontrar a alguien que esté ahí, que comparta el tiempo conmigo ya que yo le compartiría el mío también. Alguien que sepa estar sin mí pero que prefiera estar conmigo, alguien que sienta y actúe pensando en un “nosotros” y no en un “tú” y un “yo” por separado. Alguien que me ame porque sí y no porque yo le ame.
  • Y si, estás lejos. No es que no te tenga porque nada es realmente mío. Yo soy de apreciar las cosas, de encontrarle sentido o dárselo si no lo tienen. Ahora que estás lejos, sólo me queda contemplarte. Verte ser feliz con quién quieras, con lo que quieras. Agradecer que alguna vez esa sonrisa fue para mí, que esas manos han tocado las mías y que esos labios una vez hicieron el amor conmigo. Así sea en palabras. Y si, estás lejos, ¿qué importa si lo estás? De esa manera, rodeas también mi vida, a una órbita mayor por supuesto, ¿pero qué importa? Pues de esa manera te conviertes en mi paisaje.
    Y es así como llego amar a tu ausencia.
  • Y aquí estoy, con mis ganas de llorar bien ocultas. Moviendo el hielo. El de mi alma, y el de mi vaso. Te estoy recordando sin poder detenerme. Y desde acá, desde el recuerdo, todo se ve tan… falso.
    El tiempo se filtra, y yo te veo ya fuera de foco. Perdido como madera a la deriva. Con una eternidad que no quiero sentir.
  • Algo así como amarrarme a tus caderas y anclarme a tu boca con un beso que no termine y que mis manos viajen como estrellas fugaces por el cosmos de tu cuerpo entero. Verte sonreír mientras te digo que eres lo mejor de mi vida. Y que el amor nos haga juntos.



J. Porcupine 

1 comentario:

Déjame palabras que sea la sonrisa de cada día.