14 diciembre, 2011

Divagación III. Aún aquí y con este miedo.


Resulta cierto, ya tú sabes que desde dicho encuentro no he podido olvidarte. Te apareces constantemente en mis pensamientos y por si fuera poco, también lo haces en sueños. De esta forma estando lo suficientemente lejanos como para no tocarnos y lo bastante cerca como para mirar la misma Luna, qué insoportable me resultas... Pronto me da miedo de que escuches de mis labios lo que estoy sintiendo, perdóname el quererte como te quiero. Utopía y sólo eso.
No es preciso que lo sepas. No cuando no sé si tus sonrisas han sido por amor o simple cordialidad, no cuando nada va bien por aquí, ni cuando presiento que quizás extrañas a alguien más... ¿Miedo? Sí, lo tengo. De enamorarme de tu corazón y que de repente me rompas cual cristal la ilusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjame palabras que sea la sonrisa de cada día.